Adriana Martínez Martínez
23 de octubre de 2021 A partir de principios de la década de los 90 del siglo pasado comenzamos a presenciar un acelerado ritmo de creación, acumulación y aprovechamiento del conocimiento, a este nuevo escenario económico se le denominó: Economía Basada en el Conocimiento (ebc). En el que se pone en la mesa de discusión al conocimiento como la verdadera esencia de la competitividad y el motor del desarrollo a largo plazo. En su artículo de 2002, Fundamentos económicos de la sociedad del conocimiento, Paul David y Dominique Foray anotaron entre los rasgos característicos de una economía dirigida por la ebc: a) la alta presencia de trabajos intensivos en conocimientos, b) el peso económico de los sectores de información como un factor determinante, y c) una participación significativamente mayor del capital intangible sobre el capital tangible en el stock total del capital real. Podemos decir que la ebc impulsa un escenario con transformaciones estructurales en la economía, en el que la rápida creación del conocimiento y el mejoramiento de acceso a este son factores que incrementan la eficiencia, la innovación, la calidad de los bienes y servicios, y la equidad. Por otra parte, la revolución de las tecnologías de la información y telecomunicaciones (tic) y el mejoramiento del capital humano (educación, capacitación) son las principales condiciones estructurales que hacen posible este escenario. La revolución de las tic posibilita el comercio electrónico y la posibilidad de transmitir información a cualquier parte del mundo en fracción de segundos. Mientras que el mejoramiento del capital humano responde a la demanda de nuevas competencias vinculadas con las necesidades de la sociedad, involucra la capacidad de aprendizaje de las instituciones nacionales, el sector productivo y académico, así como la generación de redes interinstitucionales para la solución de problemas y el uso intensivo del conocimiento en el espacio social. Es importante enfatizar que ya no hay duda de que la competitividad en nuestro siglo xxi se basa en el conocimiento, y que el camino que nos conducirá hacia la ebc NO será la posesión y explotación de los factores de producción convencionales – tierra, materias primas, mano de obra y capital – sino en la creación de factores especializados, entre los que destacan el capital humano altamente calificado, la innovación, la ciencia, la tecnología, y la infraestructura física especializada. Factores tomados en cuenta en seis de los 12 pilares que constituyen el Índice Global de Competitividad medido por el Foro Económico Mundial (Schwab, 2019). Por lo tanto, el desafío para alcanzar un mayor desempeño es impulsar el avance de estos pilares. Por ejemplo, para el caso del capital humano atender las cuestiones de salud y fomento de habilidades; en el caso del ecosistema de innovación, impulsar el dinamismo de los negocios y las capacidades de innovación. Tareas que no son sencillas y que requieren de estrategias con participación de actores públicos y privados. Retomando el tema de la ebc, podemos decir que su rasgo distintivo es la habilidad para inventar e innovar, es decir, generar conocimiento e ideas que estén incorporadas en productos, procesos y organizaciones. Por lo que, la ventaja competitiva de los países viene de la habilidad de crear y comercializar nuevos productos y procesos, desplazando la frontera de la tecnología tan rápido – o más - como sus rivales. Es importante mencionar que las actividades innovadoras de las empresas son fuertemente influenciadas por la política de Ciencia, Tecnología e Innovación (cti) a través de la creación de programas e incentivos, así como de un ecosistema de innovación dinámico, caracterizado por la existencia y vinculación de instituciones de educación superior, centros de investigación, agencias públicas, sociedad exigente. De acuerdo con Schwab y Zahidi (2020), los ecosistemas de innovación impulsan la generación de ideas, su traducción hacia productos y la comercialización de estos; es decir, al final de cuentas el resultado de las interacciones en los ecosistemas de innovación es precisamente, la innovación. La innovación, en la forma de nuevos productos, procesos, y maneras de administrar promueve el crecimiento de la productividad, el cual es necesario para incrementar el estándar de vida. La innovación también es clave para resolver muchos de los desafíos sociales más importantes que se presentan en la actualidad, tales como el cuidado de la salud y el cuidado del medio ambiente. La capacidad innovadora es importante para posibilitar salarios más altos. Esta capacidad en un país o una región está fuertemente enraizada en su ambiente microeconómico, en áreas tales como la intensidad de científicos e ingenieros en la fuerza laboral, el grado de protección de la propiedad intelectual, y la intensidad de los clústeres (aglomeraciones geográficas). Llegado este punto, debemos hacer un alto y preguntarnos ¿este escenario se está diseminando a todas las regiones, sectores y personas con la misma intensidad? Desafortunadamente la respuesta es que su diseminación ha sido desigual tanto regional como sectorialmente. Existen muchas regiones y, por lo tanto, personas en el mundo que están muy alejadas de este, para ellas es en cierta medida, lejano e incierto, incluso irreal. Además, la pandemia derivada del Covid-19 ha puesto en el centro de atención nuevas prioridades que deben ser atendidas, tales como la digitalización y el desarrollo de habilidades que antes no estaban tan evidenciadas (Schwab y Zahidi, 2020). Esto nos lleva a preguntarnos, ¿Qué políticas de cti deben diseñarse y llevarse a cabo para posibilitar ecosistemas de innovación dinámicos y a preparar a nuestra región para su transformación en la nueva dirección?, ¿cuál es el papel que debemos adoptar desde las instituciones de educación superior?, ¿cuál es el papel de las empresas? Y ¿de los ciudadanos? Sin lugar a duda estos cuestionamientos nos deben llevar a la reflexión, pero más aún a la acción. Referencias David, P.A. y Foray, D. (2002, junio). Fundamentos económicos de la Sociedad del conocimiento.Comercio Exterior 52(6), 472-490, recuperado de http://revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/23/2/RCE.pdf Schwab, K. (2019). The Global Competitiveness Report 2019. Recuperado de https://www3.weforum.org/docs/WEF_TheGlobalCompetitivenessReport2019.pdf Schwab, K. y Zahidi, S. (2020). The Global Competitiveness Report. Special Edition 2020. How Countries are Performing on the Road Recovery. Recuperado de https://www3.weforum.org/docs/WEF_TheGlobalCompetitivenessReport2020.pdf @AdrianaMartW Profesora – investigadora ENES León / UNAM
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