Adriana Martínez Martíneza
24 de septiembre de 2021 En el año 2011 en la Feria de la Hannover Messe en Alemania fue introducido el término de Industria 4.0 como una propuesta del gobierno alemán para hacer más eficiente la manufactura. Han pasado 10 años y su utilización se ha difundido de manera exponencial. Pero, ¿qué es la industria 4.0?, ¿cuáles son sus rasgos más importantes?, ¿cómo afecta nuestra vida laboral y cotidiana?, ¿es un modelo productivo?, ¿es un paradigma tecnoeconómico y social?, ¿qué habilidades son importantes? Se menciona que la pandemia provocada por la Covid-19 ha acelerado la digitalización, pero ¿para todas las personas y todos los sectores? ¿cuál es la relación entre las tecnologías convergentes y la industria 4.0? Estas y otras preguntas queremos reflexionar y discutir en este blog. En muchas ocasiones el término industria 4.0 se utiliza como sinónimo de Cuarta Revolución Industrial, y esto hace alusión a la evolución industrial que hemos vivido desde la Primera Revolución Industrial, la cual consistió en la introducción de la producción mecánica; el rasgo distintivo de la Segunda Revolución fue la producción en masa lograda por la división del trabajo y el uso de la energía eléctrica, durante ésta se inventó el motor de combustión. Es a principios de los años 70 del siglo pasado que comienza la Tercera Revolución Industrial basada en el uso de la electrónica, comienza la época de la informática y de las telecomunicaciones; la invención del microchip representó un cambio disruptivo y a raíz de su introducción comienza un acelerado cambio tecnológico distintivo de los últimos 30 años. Durante este periodo hemos sido testigos de una gran serie de innovaciones a pasos agigantados y que han cambiado nuestro estilo de vida, por ejemplo, los smartphones, las redes sociales, el streaming. Es así que llegamos a la Cuarta Revolución Industrial la cual se basa en el uso de espacios ciberfísicos. Estos son el ensamble de mundos reales y representaciones virtuales. Podemos decir que la Industria 4.0 (I4.0) es la continuación de la digitalización que empezó en los años 70. Sus rasgos característicos son el uso de diversas tecnologías digitales que generan información acerca de los distintos procesos de transformación así como de los flujos de logística. Incorpora procesos de administración y control inteligentes dirigidos a la empresa y a la cadena de valor. Busca una mayor rapidez, costos más bajos, mayor eficiencia, mayores niveles de productividad. Son 9, de acuerdo con Rüßmann et al. 2015, las tecnologías pilares de la I4.0: 1) Internet de las cosas (IoT), 2) Big data y análisis, 3) Robots autónomos, 4) Manufactura aditiva, 5) Simulación, 6) Realidad aumentada, 7) Ciberseguridad, 8) Cloud Computing, y 9 ) Integración de los sistemas horizontales y verticales. Algunos de los alcances de la I4.0 serían:
Algunos de los desafíos para la implementación de la industria 4.0 son la ciberseguridad, representa una fuerte inversión en tecnología y en competencias del personal; es decir, el desarrollo de capital humano para cubrir trabajos especializados generados por la introducción de nuevas tecnologías. En México hay algunas iniciativas como la implementación de sensores de monitoreo en el municipio de León, Guanajuato en cuatro grandes temas 1) Acústico y medio ambiente, 2) Movilidad, 3) Telegestión, y 4) alumbrado público; la creación de labs como Creativika, iniciativa de Canacintra que tiene como objetivo capacitar a las pequeñas y medianas empresas en temas como la manufactura aditiva; también en el municipio de León, desde 2019 y hasta 2023, se realiza la Feria Hannover Messe organizada por Industrial Transformation Mexico y que tiene como objetivo mostrar los avances tecnológicos a través de la participación de empresas muy importantes como Siemens, Kuka, Mitutoyo, Mitsubishi Electric, Endress + Hauser, Euchner, entre otros; así como una serie de conferencias dictadas por expertos. Asimismo, diversas empresas han implementado estrategias de I4.0. El mundo está cambiando de manera acelerada, hay muchos retos y lo importante es convertirlos en oportunidades. Esperamos a través de este espacio poder impulsar la discusión de estos grandes temas. Profesora – investigadora ENES León / UNAM @AdrianaMartW [email protected] Referencia Rüßmann, M., Lorenz, M., Gerbert, P., Waldner, M., Justus, J., Engel, P. y Harnisch, M. (2015). Industry 4.0: The Future of Productivity and Growth in Manufacturing Industries. Boston: Boston Consulting Group
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¿Cómo pinta el futuro laboral para las mujeres en la nueva organización del trabajo? Pamela Irazú Ramírez Ibarra
1 de octubre de 2021 Diez años después de que se hablara por primera vez sobre la noción de Industria 4.0, el mundo parece haber cambiado como si hubieran pasado cien: la pandemia de COVID - 19 ha paralizado no solo a la economía mundial, sino que ha trastocado todos los aspectos relevantes para la sociedad. Más allá de los problemas de salud, la COVID-19 ha levantado aún más las barreras preexistentes para construir economías y sociedades más prosperas e incluyentes. Uno de los grupos que ha tenido que enfrentar de forma amplificada la crisis pandémica es el de las mujeres, quienes a pesar de estar al frente como trabajadoras esenciales también forman parte de los sectores de empleo mas afectados por las cuarentenas y la rápida digitalización que conlleva el cambio en la organización del trabajo motivada por la Industria 4.0. Según la Organización Mundial del Trabajo el 5% de todas las mujeres empleadas perdieron su empleo, en comparación con el 3,9% de los hombres empleados; mientras que LinkedIn reporta una marcada disminución de la contratación de mujeres en puestos de liderazgo, lo que genera un retroceso de 1 a 2 años de progreso en múltiples industrias. Además, a las largas jornadas de trabajo remunerado, se suman las de trabajo no remunerado, que en un contexto de cierre de escuelas y disponibilidad limitada de servicios de atención ha contribuido a un aumento general del estrés, la ansiedad en torno a la inseguridad laboral y la dificultad para mantener algún tipo de balance entre la vida laboral y personal de las mujeres con hijos. (Escribo esto con un montón de trastes por lavar y un niño de cinco años gritando en mi oído.) México, donde más de la mitad de la población son mujeres (más de 64 millones según el INEGI), ocupa el lugar mundial 34 en la clasificación del Índice Global de Brecha de Género y a nivel regional el tercero, después de Nicaragua, Costa Rica y Barbados. Específicamente en el tema que nos ocupa, el mercado laboral, la brecha de género en el país es enorme: solo el 49.1% de las mujeres participan en el mercado laboral -lo cual representa una brecha de 40%-, aún cuando ésta ha demostrado ser un canal importante para el empoderamiento económico de mujeres y para la construcción de organizaciones diversas, inclusivas e innovadoras. Aún más, la crisis de COVID-19 también ha acelerado la automatización y la digitalización que comenzó con el surgimiento de la Industria 4.0, creando dramáticos cambios en el mercado laboral, así como desafíos importantes para la paridad de género en el futuro de los puestos de trabajo debido a la creciente segregación ocupacional de género. Es más que evidente la necesidad de que las mujeres se integren y se desarrollen exitosamente a la luz de los requerimientos del nuevo paradigma del trabajo. ¿Cómo garantizar que las mujeres puedan contribuir significativamente al crecimiento económico y lograr que sus beneficios sean accesibles para ellas mediante la utilización del avance de la tecnología en la Industria 4.0?¿Cuál será nuestro rol, desde la academia, la política pública y la iniciativa privada para asegurarnos que el mercado laboral en la nueva era digital sea aquel que nos permita crecer como sociedades más equitativas e inclusivas? Será necesario entonces, establecer una discusión entre los distintos actores de la I4.0 -gobiernos, académicos, investigadores e iniciativa privada- sobre cuál será la infraestructura en términos de políticas públicas, prácticas laborales de inclusión y equidad, así como capacitación y entrenamiento en las habilidades digitales para evitar que la inequidad estructural entre los hombres y las mujeres se haga más grande. ¿Te gustaría saber más? Te sugerimos consultar: https://www.weforum.org/reports/ab6795a1-960c-42b2-b3d5-587eccda6023 https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---ed_dialogue/---act_emp/documents/publication/wcms_735949.pdf https://www.cepal.org/es/publicaciones/44954-industria-40-oportunidades-desafios-desarrollo-productivo-la-provincia-santa-fe https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---asia/---ro-bangkok/---sro-bangkok/documents/publication/wcms_717736.pdf Investigadora Posdoctoral ENES León UNAM 1 de octubre de 2021 Alondra Hernández Sangabriel
8 de octubre de 2021 A lo largo de la historia los humanos hemos sido testigos de cuatro grandes revoluciones industriales; la primer revolución se marcó principalmente por la creación de la máquina de vapor en 1760 aproximadamente, cien años después la producción en masa se generó gracias a la llegada de la segunda revolución industrial y ya para 1960 la tercer revolución industrial marcó una diferencia con la automatización de los procesos de producción y el uso de tecnologías de la información y comunicación (tic). A partir del año 2011 surge un nuevo concepto en la Feria de Hannover Messe que introduce a la cuarta revolución industrial: “Industria 4.0”, este implica la digitalización de los procesos productivos apoyándose en la integración de sistemas ciber-fisicos que sustenta su funcionamiento en nueve pilares fundamentales (Big Data y análisis de datos, Internet de las cosas, Robots autónomos, Realidad virtual, Manufactura Aditiva, Cloud Computing, Ciberseguridad, Sistemas integrados y Simulación). Cada una de estas revoluciones ha traído consigo no solo avances tecnológicos y cambios en la manera en la que se produce, sino que ha significado grandes cambios en los empleos requeridos para las nuevas necesidades de producción. En 2018 el Foro Económico Mundial ya hacia una proyección relacionada a los empleos que serían requeridos para 2022, entre los que se destacaban: analistas y científicos de datos, especialistas en inteligencia artificial, aprendizaje autónomo, especialistas en Big Data y desarrolladores y analistas de software, esta proyección nos permitió ver que los empleos del futuro se van a ver influenciados por la integración de nuevas tecnologías dentro de los procesos de producción, además la integración de los pilares de la Industria 4.0 serán cruciales para el funcionamiento de la digitalización de la cadena de producción pero ¿será suficiente con las habilidades que el personal laboral posee en estos momentos? Las habilidades son parte de las competencias necesarias para realizar una actividad de manera adecuada, éstas se pueden clasificar en tres tipos: a) habilidades blandas o socioemocionales que integran aspectos conductuales que permiten la relación entre trabajadores y hasta con el propio empleo, b) habilidades meta cognitivas son aquellas habilidades con las que la persona aprende, piensa, almacena y utiliza la información, c) habilidades duras o técnicas son los conocimientos específicos en un área. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (ocde, 2019), 62 % de los trabajadores temen que las habilidades con las que cuentan sean fácilmente reemplazadas. Actualmente el requerimiento de habilidades meta cognitivas y socioemocionales en los perfiles profesionales se ha visto más presente, de acuerdo con el estudio Impacto de la Covid-19 en la producción, empleo y digitalización de empresas en Guanajuato: una primera aproximación realizado por Martínez (2021), empresas en Guanajuato consideran importantes para sus diversos puestos de trabajo las siguientes habilidades metacognitivas: la flexibilidad, el enfoque multidisciplinario, la sostenibilidad, la creatividad, originalidad e iniciativa, el aprendizaje activo y estrategias de aprendizaje y resiliencia; así como las habilidades socioemocionales: tolerancia al estrés, inteligencia emocional, pensamiento crítico y analítico, identificación y solución de problemas, liderazgo e influencia social y la innovación. Los continuos cambios que se generan dentro de los procesos de producción derivado de la digitalización de estos sumados a la nueva normalidad por la que estamos atravesando advierten la necesidad de adecuar los perfiles profesionales ya que el futuro de estos no requerirá de un grupo de habilidades en específico sino que deberá de incluir habilidades técnicas, socioemocionales y meta cognitivas, siendo estas últimas las más importantes ya que serán las que sostengan el desarrollo de las habilidades técnicas. Referencias: Martínez, A. (2021). Impacto de la Covid-19 en la producción, empleo y digitalización de empresas en Guanajuato: una primera aproximación. Nova Scientia. 13. DOI: https://doi.org/10.21640/ns.v13ie.2795 Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico [OCDE] (2019). Perspectivas de la OCDE 2019. El futuro del trabajo. Recuperado de: https://read.oecd-ilibrary.org/employment/perspectivas-de-empleo-de-la-ocde-2019_bb5fff5a-es#page2 World Economy Forum [WEF] (2018). The Future of Jobs Report 2018. Recuperado de: http://reports.weforum.org/future-of-jobs-2018/ Profesora de asignatura de la ENES León 8 de octubre de 2021 La propuesta japonesa ante el crecimiento exponencial de la Industria 4.0Pamela Irazú Ramírez Ibarra 15 de octubre de 2021 El surgimiento de la Industria 4.0 ha dado comienzo a una nueva era en la que la globalización y la rápida evolución de las tecnologías digitales tales como el Internet de las Cosas, la Inteligencia Artificial y la robótica están incrementando la diversidad y la complejidad de los valores y el entorno de las personas. La incertidumbre de esta complejidad aunada a los retos de escala global -el calentamiento global, la disparidad económica creciente, etcétera- han llevado al gobierno japonés a proponer el concepto de Society 5.0 para aprovechar las tecnologías de información al máximo en la creación de nuevos conocimientos y nuevos valores a través de las conexiones entre "personas y cosas" y entre los mundos "real y cibernético”; todo esto considerando a las tecnologías de información como un medio eficaz y eficiente para resolver problemas en la sociedad, creando mayor calidad de vida y manteniendo un crecimiento económico saludable. Siguiendo la línea establecida por las Naciones Unidas en sus Objetivos de Desarrollo Sostenibles en los que se pretende alcanzar la paz y la prosperidad para todas las personas y el planeta respondiendo a los retos con inclusividad que no deje a nadie atrás, el gobierno japonés se propone, mediante esta estrategia, hacer frente a los grandes problemas endémicos de su sociedad: con una tasa de natalidad en declive junto con una población de personas mayores en aumento, Japón se enfrenta a una reducción de la fuerza laboral y al aumento de los costos de la seguridad social. Además, en términos de capital social, gran parte de la infraestructura básica se estableció durante el desarrollo a gran escala y crecimiento económico de 1950 a 1970; ahora, más de 50 años después, gran parte de esa infraestructura necesita ser reemplazada. El objetivo de Society 5.0 es crear una sociedad centrada en el ser humano en la que se logre tanto el desarrollo económico como la resolución de los desafíos sociales, y las personas puedan disfrutar de una alta calidad de vida, plenamente activa y cómoda. Es una sociedad que atenderá en detalle las diversas necesidades de las personas, independientemente de su región, edad, sexo, idioma, etc., proporcionando los elementos y servicios necesarios. Por supuesto, esto se lograría a través de la integración del ciber espacio y el mundo real (espacio físico) y la generación de datos de calidad que surgen de esta fusión.
Japón ha alineado los objetivos de la estrategia Society 5.0 con aquellos establecidos por las Naciones Unidas en su Agenda para el Desarrollo Sustentable con el propósito de “contribuir” a la resolución de problemas similares con el mundo resaltando cinco campos estratégicos incluidos bajo el paraguas de la Society 5.0 son:
Ante este panorama, hoy más que nunca, debemos esforzarnos por trabajar en conjunto las empresas, los gobiernos y las universidades, buscando generar las condiciones necesarias para avanzar en la implementación de la nueva era de super digitalización mundial. Entre estas condiciones podemos señalar no solo las técnicas y las de capacitación, sino también, aquellas referentes a las características del entorno organizacional que facilitan la diversidad y la inclusión de todas las perspectivas y voces socio-demográficas, así como las condiciones equitativas para el desarrollo profesional y la participación en la vida organizacional. ¿Te gustaría saber más? Visita: https://www.weforum.org/centre-for-the-fourth-industrial-revolution-japan http://www.keidanren.or.jp/en/policy/2016/029_outline.pdf https://www2.deloitte.com/mx/es/pages/dnoticias/articles/desarrollo-de-industria-4-0.html https://www.forbes.com.mx/industria-4-0-una-revolucion-que-se-retrasa-en-mexico/la Investigadora Posdoctoral ENES León UNAM 15 de octubre de 2021 Adriana Martínez Martínez
23 de octubre de 2021 A partir de principios de la década de los 90 del siglo pasado comenzamos a presenciar un acelerado ritmo de creación, acumulación y aprovechamiento del conocimiento, a este nuevo escenario económico se le denominó: Economía Basada en el Conocimiento (ebc). En el que se pone en la mesa de discusión al conocimiento como la verdadera esencia de la competitividad y el motor del desarrollo a largo plazo. En su artículo de 2002, Fundamentos económicos de la sociedad del conocimiento, Paul David y Dominique Foray anotaron entre los rasgos característicos de una economía dirigida por la ebc: a) la alta presencia de trabajos intensivos en conocimientos, b) el peso económico de los sectores de información como un factor determinante, y c) una participación significativamente mayor del capital intangible sobre el capital tangible en el stock total del capital real. Podemos decir que la ebc impulsa un escenario con transformaciones estructurales en la economía, en el que la rápida creación del conocimiento y el mejoramiento de acceso a este son factores que incrementan la eficiencia, la innovación, la calidad de los bienes y servicios, y la equidad. Por otra parte, la revolución de las tecnologías de la información y telecomunicaciones (tic) y el mejoramiento del capital humano (educación, capacitación) son las principales condiciones estructurales que hacen posible este escenario. La revolución de las tic posibilita el comercio electrónico y la posibilidad de transmitir información a cualquier parte del mundo en fracción de segundos. Mientras que el mejoramiento del capital humano responde a la demanda de nuevas competencias vinculadas con las necesidades de la sociedad, involucra la capacidad de aprendizaje de las instituciones nacionales, el sector productivo y académico, así como la generación de redes interinstitucionales para la solución de problemas y el uso intensivo del conocimiento en el espacio social. Es importante enfatizar que ya no hay duda de que la competitividad en nuestro siglo xxi se basa en el conocimiento, y que el camino que nos conducirá hacia la ebc NO será la posesión y explotación de los factores de producción convencionales – tierra, materias primas, mano de obra y capital – sino en la creación de factores especializados, entre los que destacan el capital humano altamente calificado, la innovación, la ciencia, la tecnología, y la infraestructura física especializada. Factores tomados en cuenta en seis de los 12 pilares que constituyen el Índice Global de Competitividad medido por el Foro Económico Mundial (Schwab, 2019). Por lo tanto, el desafío para alcanzar un mayor desempeño es impulsar el avance de estos pilares. Por ejemplo, para el caso del capital humano atender las cuestiones de salud y fomento de habilidades; en el caso del ecosistema de innovación, impulsar el dinamismo de los negocios y las capacidades de innovación. Tareas que no son sencillas y que requieren de estrategias con participación de actores públicos y privados. Retomando el tema de la ebc, podemos decir que su rasgo distintivo es la habilidad para inventar e innovar, es decir, generar conocimiento e ideas que estén incorporadas en productos, procesos y organizaciones. Por lo que, la ventaja competitiva de los países viene de la habilidad de crear y comercializar nuevos productos y procesos, desplazando la frontera de la tecnología tan rápido – o más - como sus rivales. Es importante mencionar que las actividades innovadoras de las empresas son fuertemente influenciadas por la política de Ciencia, Tecnología e Innovación (cti) a través de la creación de programas e incentivos, así como de un ecosistema de innovación dinámico, caracterizado por la existencia y vinculación de instituciones de educación superior, centros de investigación, agencias públicas, sociedad exigente. De acuerdo con Schwab y Zahidi (2020), los ecosistemas de innovación impulsan la generación de ideas, su traducción hacia productos y la comercialización de estos; es decir, al final de cuentas el resultado de las interacciones en los ecosistemas de innovación es precisamente, la innovación. La innovación, en la forma de nuevos productos, procesos, y maneras de administrar promueve el crecimiento de la productividad, el cual es necesario para incrementar el estándar de vida. La innovación también es clave para resolver muchos de los desafíos sociales más importantes que se presentan en la actualidad, tales como el cuidado de la salud y el cuidado del medio ambiente. La capacidad innovadora es importante para posibilitar salarios más altos. Esta capacidad en un país o una región está fuertemente enraizada en su ambiente microeconómico, en áreas tales como la intensidad de científicos e ingenieros en la fuerza laboral, el grado de protección de la propiedad intelectual, y la intensidad de los clústeres (aglomeraciones geográficas). Llegado este punto, debemos hacer un alto y preguntarnos ¿este escenario se está diseminando a todas las regiones, sectores y personas con la misma intensidad? Desafortunadamente la respuesta es que su diseminación ha sido desigual tanto regional como sectorialmente. Existen muchas regiones y, por lo tanto, personas en el mundo que están muy alejadas de este, para ellas es en cierta medida, lejano e incierto, incluso irreal. Además, la pandemia derivada del Covid-19 ha puesto en el centro de atención nuevas prioridades que deben ser atendidas, tales como la digitalización y el desarrollo de habilidades que antes no estaban tan evidenciadas (Schwab y Zahidi, 2020). Esto nos lleva a preguntarnos, ¿Qué políticas de cti deben diseñarse y llevarse a cabo para posibilitar ecosistemas de innovación dinámicos y a preparar a nuestra región para su transformación en la nueva dirección?, ¿cuál es el papel que debemos adoptar desde las instituciones de educación superior?, ¿cuál es el papel de las empresas? Y ¿de los ciudadanos? Sin lugar a duda estos cuestionamientos nos deben llevar a la reflexión, pero más aún a la acción. Referencias David, P.A. y Foray, D. (2002, junio). Fundamentos económicos de la Sociedad del conocimiento.Comercio Exterior 52(6), 472-490, recuperado de http://revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/23/2/RCE.pdf Schwab, K. (2019). The Global Competitiveness Report 2019. Recuperado de https://www3.weforum.org/docs/WEF_TheGlobalCompetitivenessReport2019.pdf Schwab, K. y Zahidi, S. (2020). The Global Competitiveness Report. Special Edition 2020. How Countries are Performing on the Road Recovery. Recuperado de https://www3.weforum.org/docs/WEF_TheGlobalCompetitivenessReport2020.pdf @AdrianaMartW Profesora – investigadora ENES León / UNAM |