Adriana Martínez Martínez*22 de enero de 2024 La industria automotriz (IA) mantiene su relevancia a nivel global, regional y local; aunque enfrenta un futuro complejo e incierto. Diversas tendencias están redefiniendo el presente de esta industria y previsiblemente tendrán repercusiones en su evolución. La primera de estas tendencias es la creciente demanda de vehículos eléctricos (VE), respaldada por avances tecnológicos en las baterías y la reducción de sus costos. Además, su promesa de ser menos contaminantes que los vehículos de combustión interna los coloca en el centro de los cambios de la IA. Otro factor significativo es el desarrollo de vehículos autónomos, la conducción autónoma avanza rápidamente y podría convertirse en una en el futuro cercano. Esto podría transformar la IA en una industria de movilidad, donde la propiedad de los automóviles pase a un segundo plano, y los usuarios busquen simplemente su transportación. La conectividad impulsada por el avance del Internet de las cosas (IoT), también está remodelando la industria. Actualmente, los vehículos conectados a internet son más comunes, algunos incluso cuentan con infotenimiento en lugar de tableros tradicionales, brindando a los usuarios información útil sobre una amplia gama de funciones en el automóvil. El uso creciente de la inteligencia artificial se observa tanto en la fabricación como en la conducción autónoma, evidenciado la creciente integración de tecnología en los vehículos. La sostenibilidad se ha convertido en una prioridad para la IA, respondiendo a la creciente preocupación de los consumidores por el impacto ambiental de sus vehículos. Esto también está llevando a empresas autopartistas a centrarse en impulsar una mayor eficiencia de combustible. En la fabricación sostenible, destacan tres estrategias, 1) implementación de prácticas sostenibles en la producción de vehículos y autopartes, así como en su operación y mantenimiento; 2) reducción de emisiones de CO2, y 3) la implementación de prácticas de economía circular en la producción y uso de materiales. Además, hay un mayor enfoque en la seguridad, con funciones como frenado automático de emergencia, detección de objetos en el camino y desarrollo de sistemas de conducción autónoma. Finalmente, la aparición de mega-clientes que, a través de su demanda, pueden inclinar la producción de automóviles hacia alguna de las posibles vertientes. Enfoquémonos en la producción de vehículos, donde las OEMs (fabricantes de equipos originales) están apostando por dos vertientes: Producción de vehículos de hidrógeno: En este ámbito, destacan diversas empresas líderes. Toyota ha lanzado su modelo Mirai, un sedán de pila de combustible de hidrógeno. Hyundai, por su parte, ha presentado el Nexo, un SUV de tecnología de pila de combustible de hidrógeno. La compañía también está trabajando en el desarrollo de camiones y autobuses de hidrógeno. Honda ha lanzado su modelo Clarity Fuel Cell, un sedán de pila de combustible, y al igual que Toyota y Hyundai, también trabaja en el desarrollo de camiones y autobuses de hidrógeno. Mercedes-Benz ha introducido su modelo GLC F-Cell, un SUV de pila de combustible de hidrógeno que combina esta tecnología con una batería eléctrica. Por su parte, General Motors: General Motors está invirtiendo en la tecnología de hidrógeno y ha desarrollado un camión de celda de combustible llamado Surus (Silent Utility Rover Universal Superstructure). Producción de vehículos eléctricos: En este campo, numerosos fabricantes de automóviles están apostando fuertemente por la tecnología de vehículos eléctricos, considerada una de las principales tendencias en la IA. Tesla destaca como líder exclusivo en la fabricación de vehículos eléctricos. General Motors ha anunciado planes para electrificar la mayoría de sus vehículos para 2035, invirtiendo en modelos como el Chevy Bolt y el Cadillac Lyriq. Ford tiene planes de invertir $ 22 mil millones en vehículos eléctricos hasta 2025, con el lanzamiento del SUV totalmente eléctrico Mustang Mach-E. Por su parte, Volkswagen ha presentado varios modelos eléctricos, como el ID.4 y el Audi e-tron. Finalmente, Nissan ha sido pionero en la producción de vehículos eléctricos de masas con su modelo Leaf y continúa invirtiendo en esta tecnología. La introducción de los vehículos eléctricos implica cambios en componentes clave, como el motor, la transmisión y el sistema de escape que se eliminan o reducen; y destacando las baterías como un componente crítico. En lugar de motores y transmisiones de combustión interna, los vehículos eléctricos utilizan sistemas de propulsión eléctricos. Además, surge una industria en desarrollo para sistemas de carga en hogares, estaciones públicas y de carga rápida. A manera de conclusión Podemos señalar que la industria automotriz se encuentra inmersa en una fase de transformación sin precedentes, impulsada por las tendencias de electrificación, autonomía y conectividad. La apuesta de las OEMs por vehículos de hidrógeno y eléctricos refleja un compromiso hacia la sostenibilidad y la innovación. Este cambio hacia tecnologías más limpias no solo redefine los componentes clave de los vehículos, sino que también está dando forma a nuevos modelos de movilidad y formas de propiedad. A medida que estas tecnologías avanzan, las empresas enfrentan el desafío de adaptarse a un entorno normativo en constante evolución y satisfacer las cambiantes preferencias del consumidor. Interrogantes que debemos tratar de responder y que nos llevan a nuevas líneas de investigación son:
Estas nuevas líneas de discusión pueden ayudarnos a ampliar nuestra visión sobre los desafíos y oportunidades que enfrenta la industria automotriz en su búsqueda de un futuro más sostenible e innovador. Algunos de estos temas serán tratados en nuestro X Seminario de Industria 4.0 y Convergencia Tecnológica que se llevará a cabo el 5 y 6 de septiembre, mantente al pendiente de la información a través de nuestra página y redes sociales.
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